Desde 1990 Fassbiere distribuye cervezas de las principales marcas y de cerveceras artesanas

Pils, pilsner

Hay que esperar hasta 1842 para ver nacer la primera de las cervezas pils rubias y cristalinas. Antes de su creación todas las cervezas eran pajizas y turbias, rojizas, marrones y oscuras. Pronto se populariza en Plzeň, su ciudad de origen en la actual República Checa, y comienza a expandirse por el mundo creando un estilo propio, muy imitado pero nunca igualado.

Un estilo que dio origen a variaciones locales en los países de su entorno y que cambió la manera de consumir cerveza: desde entonces bebemos cerveza en copa o en vaso de cristal.

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Hace falta que transcurran treinta años tras el éxito de la primera pilsner (traducción alemana de “procedente de Plzeň”) para que los industriales europeos se dieran cuenta de la necesidad de contar con una protección internacional de la propiedad intelectual. En 1873, al celebrarse la Exposición Internacional de Invenciones de Viena, hubo negativas de participación por parte de expositores extranjeros que temían ver sus ideas robadas y luego explotadas comercialmente en otros países.

Denominación de origen

Cuando en 1883 se crea el Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial que protege las invenciones (patentes) y las marcas en otros países, el término pilsner ya se utiliza para denominar cervezas puertas afuera de su cervecera original, Plzeňský Prazdroj, que hoy conocemos por su marca traducida al alemán Pilsner Urquell.

Desde entonces los cerveceros checos han intentado restringir el uso de ‘pilsner’ a cervezas fabricadas exclusivamente en la ciudad de Pilsen (Plzeň). Y aunque eso dio origen a soluciones de compromiso como el uso del término abreviado ‘pils¸ o añadir la ciudad de procedencia de cada cerveza a las palabras pilsener, pilsner o pils, la palabra terminó por convertirse en un término genérico difícil de proteger.

La misma República Checa lo reconocía ante la Organización Mundial del Comercio en 2002 y afirmaba que sería virtualmente imposible reivindicar la protección para esta denominación de origen

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Cerveza pilsner, la fuente

Los orígenes cerveceros de la ciudad bohemia de Plzeň (Pilsen en alemán) tienen, como en otras muchas comarcas cerveceras europeas, raíces medievales y monásticas. La ciudad detentaba derechos de fabricación cervecera desde 1307. El lúpulo que se cosechaba en la comarca se considera uno de los mejores en Europa, pertenece al grupo de lúpulos llamados ‘nobles’ y es básico en la producción de cervezas de renombre. El agua blanda de la ciudad y estar situada en un enclave estratégico de la ruta comercial entre Praga y Baviera ayudarían también bastante a la tradición cervecera del PIlsen, pero no fueron suficientes para combatir una de las mayores fuerzas comerciales en su contra: la moda.

Primera cerveza pils checa

En la primera mitad del siglo XIX las cervezas bohemias venían a ser del tipo ale con un tono amarronado y quizá turbias. Los promotores de la Cervecería Ciudadana de la ciudad de Pilsen (Měšťanský pivovar Plzeň, hoy Pilsner Urquell) veían como sus cervezas eran desbancadas del gusto popular por otras cervezas lager más baratas y de color cobrizo procedentes de Viena. Los ciudadanos de Plzeň decidieron que su cervecería debía contraatacar y contrataron a un cervecero conocedor de los métodos bávaros: Josef Groll, a quien hoy se conoce como el “Padre de la Pilsner”.

Pilsner-Urquell-Plzeňský-Prazdroj

Puerta conmemorativa del 50 Aniversario de la fábrica de cerveza Plzeňský Prazdroj o, en alemán, Pilsner Urquell.
Autor de la imagen: Tmv23.  Fuente: Wikipedia

Brew local, drink global

La primera cerveza rubia nació en el momento y lugar adecuados. Josef Groll utilizó las técnicas bávaras de baja fermentación junto a los muy convenientes ingredientes locales: un agua extraordinariamente blanda, el lúpulo noble Saaz de la comarca cercana de Žatec, una malta de cebada baja en proteínas procedente de Moravia sobre la que, a diferencia del sistema tradicional que aplicaba calor directo, en el horneado se usaba aire caliente, más levadura y mosto fermentado adquiridos en Baviera. Esto produjo una cerveza refrescante, de tonos claros y dorada, coronada de fina espuma, blanca como una cumbre nevada.

En los años posteriores el nuevo estilo de cerveza vio crecer su popularidad empujado por un mercado creciente que conectaba Bohemia y Moravia (pertenecientes al Imperio Austríaco) con el Reino de Baviera y el de Prusia.

Más cervezas pils checas

La pilsner no se quedaría en Pilsen y pronto daría el salto a Praga donde se establecía la cervecera Staropramen, en 1869. Al sur en la ciudad de České Budějovice (Budweis, en alemán) se constituía en 1896 la Budějovický Budvar fabricante de la cerveza Budweiser Budvar. No confundir con la otra Budweiser checa (1795 Budweiser Pivovar) ni con la archifamosa y popular “Bud” estadounidense, la del “What’s Uuuuuuup! (True.)” cervezas con las que Budweiser Budvar ha mantenido complejos litigios por la propiedad de la marca.

Pronto la paulatina electrificación de las fábricas en el siglo XX facilitaría la producción en masa de las botellas y menaje de vidrio, un material más adecuado que el gres o el metal en las jarras para apreciar la transparencia, brillo y color de la nueva cerveza.

El desarrollo del transporte, que también llegó con la Segunda Revolución Industrial, benefició no solo la producción y distribución cerveceras, también la difusión del estilo pilsen dentro y fuera de los límites del continente europeo con versiones alemanas, belgas, holandesas, danesas o francesas, y hasta en los Estados Unidos donde llegó con la emigración alemana y acabó por convertirse en cervezas tipo lager de venta masiva, con menos cuerpo y sabor.

Se estima que más de dos tercios de las cervezas que se producen actualmente intentan reproducir o se inspiran en el estilo pilsner.

Josef Groll de Pilsner Urquell, Plzeňský-Prazdroj

Josef Groll. El cervecero bávaro que, siguiendo el modo de elaboración lager, inventó en Bohemia la cerveza estilo Pilsner.
Autor de la imagen: desconocido. Fuente: Wikipedia

Para gustos las pilsener

Asimilando la expansión del estilo pilsener al de aquella especie alienígena de la serie Star Treck, los Borg, no “toda resistencia es fútil”. Mientras colonizaba nuevos mercados mercados, la variante internacionalizada de la cerveza pils ganaba en cuota de consumo y poderío comercial. Sin embargo al mismo tiempo abría las puertas a nuevas variantes cerveceras.

Cervezas pils alemanas

Así como los bohemios de Pilsen respondieron con la Pilsner a las lager vienesas, los muniqueses de Spaten respondían con las helles a la pils generando a su vez un nuevo estilo en las lager. En el resto del país la pilsener entraba pero variando ligeramente hacia una versión más pálida y lupulada que hoy puede encontrarse en cualquier punto de Alemania, y en nuestro catálogo, como la Krombacher Pils, la Konig Pilsener, la Jever Pilsener…

Cervezas pils belgas

Los fabricantes, y también los consumidores belgas, cuya tradición cervecera se benefició durante siglos de sus fronteras con Francia, Alemania o los Países Bajos, se atrincheraron en su vasta y rica cultura para resistirse la «invasión de la pilsner». Bienvenidas fueron la llegada del lúpulo desde Germania o las comunidades trapenses desde Francia, pero esta nueva cerveza rubia se presentaba como una propuesta única de consumo totalmente opuesta a la diversidad y singularidad de estilos de cerveza de que disponía Bélgica y que, afortunadamente, hemos visto mantenerse y prosperar.

No obstante, Bélgica también respondería con sus particulares versiones del estilo sin por ello desmerecer en absoluto su gran prestigio cervecero. Las cervezas pils Stella Artois, Jupiler o la Vedett de Moortgat son excelentes ejemplos presentes en nuestro catálogo. También la Primus de la cervecera Haatch quienes al poco de iniciar su actividad en 1898 se apuntarían al fenómeno de las lager procedentes de Pilsen para situarse, en apenas cinco años entre los primeros productores de cerveza belgas.

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Una muestra de las cervezas pils representadas en el catálogo de Fassbiere

Podrás encontrar más información sobre cerveceras con especialidades pilsener en nuestra página de marcas.

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Cinco apuntes sobre las pilsen

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De todo el catálogo de estilos lager –que incluye las Helles muniquesas, las Bock, Dunkel, Märzen y Export– son las cervezas tipo PILSEN y sus versiones industriales –o Lager International– quienes copan el consumo mundial.

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Las cervezas pils, Pilsen, pilsner, o pilsener, son esas birras rubias, luminosas y transparentes que nacieron en la ciudad de Pilsen, Bohemia, a mitad del siglo XIX combinando maltas pálidas de Moravia, agua excepcional de la comarca y el lúpulo Saaz.

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Fue un cervecero bávaro quien introduce el estilo ‘gelagert’ alemán en Bohemia haciendo fermentar sus cervezas en los fríos interiores de las minas de sal donde se estableció la fábrica Plzeňský Prazdroj, hoy Pilsner Urquell.

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Junto a las pils clásicas, checas y alemanas, hay versiones del estilo lager en todo el mundo: desde las pilsner belgas a cervezas japonesas con arroz o la evolución que emigrantes alemanes desarrollaron en EE. UU. de costa a costa.

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Nuestro catálogo recoge una excelente muestra internacional para redescubrir una cerveza muy común por su despliegue industrial pero nada corriente cuando se degustan las marcas de origen artesano.