Ale Alemanas

Cervezas Ale Alemanas

Sabemos que la “cerveza” ya se elaboraba y bebía en del sur de Alemania hace miles de años. En nuestro «hito de la cerveza» dedicado a la Eisbock descubierta en Kulmbach hablábamos de los vestigios de elaboración cervecera encontrados que datan de la Edad del Hierro.

Cuando los romanos emprenden la conquista de Germania, en las décadas anterior y posterior al nacimiento de Cristo, descubren la hidromiel y la vinosa bebida de malta germanas a las que ya Julio César se habría aficionado treinta años antes, en sus primeras incursiones cruzando el Rin.

Por aquella época, aunque no hay referencia escrita hasta el siglo X, se supone que ya se aderezaba con gruit, una mezcla de especias y hierbas particular de cada cervecero.

Más tarde, en la Edad Media son los conventos quienes mantienen y perfeccionan la tradición cervecera con el añadido del lúpulo, como también veíamos en nuestro hito cervecero de 1155 dedicado a la “sibila del Rin”.

Del año 766 data una certificación de entrega cervecera, la primera del mundo, en el monasterio de St. Gallen en Geisingen, ahora dentro de las fronteras suizas.

Cervezas Ale Alemanas

Podríamos empezar a listar las variedades por su orden alfabético (Alt; Berliner Weisse, Gose, Klosterbier, Kölsch, Weizenbier…), pero nos apetece más embarcarnos en un viaje cervecero cronológico: de las más antiguas a las más recientes.

Klosterbier

Alrededor del siglo VIII después de Cristo podemos empezar a hablar de un estilo de cerveza monástico. Sus inicios tienen que ver con el citado monasterio de San Galo y tienen a una de sus referencias más antiguas en las cervezas de la Weltenburger Klosterbrauerei, fundada en 1050.
Es a través de los monasterios cuando el lúpulo se implanta como ingrediente más como conservante y contrapunto a la malta que como saborizante sustituto del gruit.
Entre las últimas y auténticas cervecerías monásticas supervivientes de Alemania se encuentra la de un monasterio fundado en 1455: Klosterbrauerei Andechs, cuyas cervezas de trigo y sus lager oscuras son muy apreciadas en nuestro catálogo.

Weizenbier

Aunque egipcios y babilonios ya elaboraban cerveza con trigo, si nos referimos a los estilos “actuales”, tenemos que remontarnos a los siglos XIV a XVI.

En nuestra web hemos recordado sus orígenes, su prohibición por la clasificación de los usos de cereales (“el trigo para el pan, la cebada para la cerveza y la avena para los caballos). El monopolio de su consumo por las clases altas; su exclusión de la Reinheitsgebot. Hemos seguido la pista de la receta berlinesa de 1682 y su relación la, aún más agria, variedad Gose.

También las peripecias de la saga G. Schneider & Sohn para obtener el Weissbierregal para fabricarla y venderla al público. Cómo sobreviveron a su exilio forzoso de Múnich (aunque no del Oktoberfest). Y como salvaron las prohibiciones de la ocupación aliada tras la Segunda Guerra Mundial.

Gose

Su nombre le viene del río Gose, que antaño proveía el agua que en la ciudad de Goslar usaban elaboraban esta cerveza.

Es en 1332 cuando se menciona esta cerveza por primera vez, pero la Gose que conocemos ahora es la que conquistó Leipzig y alrededores en el siglo XVIII.

Aunque comenzó como una cerveza de fermentación espontánea, como la Gueuze belga, durante el siglo XIX los cerveceros se pasaron a la fermentación alta. Esta época coincide con el declive de la elaboración en la ciudad de Goslar y la creciente popularidad en Leipzig, ciudad a la que ahora se asocia esta cerveza y que llegó a ser conocida con el sobrenombre de Gosestadt.

Su técnica de elaboración, celosamente guardada, resultaba muy delicada al precisar el añadido de bactería láctica en su justo punto, así como el paso a botella y el consumo en el momento preciso.

Y aunque a principios del siglo XX era la cerveza más consumida de la ciudad, tras la Segunda Guerra Mundial y la separación de Alemania, la Gose prácticamente se dejó de elaborar hasta casi el final de siglo.

Berliner Weisse

La Berliner Weisse comparte con la Gose su tipo de fermentación, a partir de un cultivo mixto de levadura de alta fermentación y bacterias del ácido láctico.

Aún no se ha podido precisar la cerveza de la que procede: si fue la receta de la Schöps breslava… O tal vez Johann Sigismund Elsholz adaptó la Broyhan de Hannover… O si una familia de hugonotes franceses emigrados a Berlín, los Landré, aportaron influencias flamencas a la cerveza de trigo local.

Lo que sí parece contrastado es que la receta de la Berliner Weisse se menciona por vez primera en 1682, que a finales del siglo XIX era la bebida alcohólica más popular en Berlín, y que desde 1987 cuenta con denominación de origen protegida, aunque el estilo se está elaborando con éxito fuera de la ciudad, por ejemplo en Canadá y en los Estados Unidos.

Kölsch

Como ya comentábamos en nuestra reseña de Cölner Hofbräu Früh, esta variedad cervecera, nacida en el siglo XVIII, utiliza levadura de alta fermentación y almacenada como lager proviene de la inventiva de los cerveceros coloneses por luchar contra las restricciones municipales, por un lado, y las fuerzas del mercado por otro.

Víctima de la invasión de las técnicas lager, los cerveceros coloneses dieron con la “tercera vía”: una cerveza de fermentación alta de color dorado pálido que reunía lo mejor de los dos mundos. Y la cerveza Fruh Kölsch es desde los inicios del siglo XX una de las referencias principales del estilo.

También protegida con denominación de origen geográfico, la Kölsch mantiene una “sana” rivalidad con su vecina Altbier, rivalidad que es exponente de diferencias lingüísticas, folclóricas e históricas de estas dos ciudades renanas de ambas márgenes del Rin.

Altbier o ‘Alt’

Mientras en Colonia le habían dado una vuelta a la cerveza de fermentación alta, unos cuarenta kilómetros más al norte, ya en el siglo XIX, ese tipo de elaboración es rebautizado con el nombre de Altbier o “cerveza vieja”.

Una suerte de reivindicación de la tradición cervecera para diferenciarse del nuevo estilo de fermentación baja o lager: esa corriente de ida y vuelta que comenzó con la marcha del cervecero Josef Groll a Pilsen, Bohemia, la subsiguiente invasión de las pilsner checas en el mercado alemán y la respuesta alemana con las Helles y las Kristallweizen.

La Altbier era conocida también como Düssel por ser originaria de Düsseldorf, donde se elaboró por vez primera en la cervecera Schumacher inaugurada en 1838.

Desde entonces el estilo Altbier se asocia a la ciudad de Düsseldorf tanto como luego lo estarían la música de Kraftwerk o el arte de Joseph Beuys y Gerhard Richter.

Una de las marcas de Altbier más famosas, sin embargo, no comenzó a producir “cerveza vieja” hasta tiempos más modernos: Diebels, fundada también en el siglo XIX, decide probar con el estilo Alt en los años 70, y hoy es uno de los mayores productores de esta variedad cervecera.

El equipo de Fassbiere
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